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QUE SOMOS LOS PEONES NEGROS

viernes, 12 de diciembre de 2008

ALCARAZ- POR LA REACTIVACIÓN DE LA REBELIÓN CÍVICA

Os dejo el Manifiesto que desde "Voces contra el terrorismo" ha escrito el anterior Presidente de la AVT, Alcaraz, para señalar al gobierno la dejación de sus obligaciones en cuanto a expulsar de los Ayuntamientos a ANV, Partido Político afín al grupo terrorista a ETA e ilegalizado por el Tribunal Superior de Justicia. Este mismo alto Tribunal ha determinado que dicho Partido es lo mismo que ETA, motivo por lo que lo ha ilegalizado.

MANIFIESTO

ETA FUERA DE LAS INSTITUCIONES ¡YA!

En la legislatura pasada, sólo la Rebelión Cívica en la calle evitó que el Gobierno terminara por conceder todas y cada una de las reivindicaciones por las que ETA lleva cuatro décadas matando, extorsionando y amenazando. Zapatero, despreciando el dolor provocado por ETA durante 40 años, inició un proceso de negociación con esa banda terrorista. Las actas de las conversaciones publicadas en los medios revelan que se llegó a discutir incluso el futuro de Navarra con los enviados de una organización criminal que siempre ha reclamado la anexión de esa comunidad autónoma al País Vasco.
De nada sirvió la oposición casi unánime de las víctimas del terrorismo. De nada sirvió el rechazo de una amplia mayoría de la sociedad. De nada sirvieron tampoco las advertencias de que estábamos ante una nueva tregua-trampa.Zapatero, en contra de todo y de todos, siguió adelante con su política de cesión ante los terroristas, llegando hasta el punto de aprobar en el Congreso de los Diputados una declaración solemne que legitimaba a ETA como interlocutor político y de presentar en el Parlamento Europeo una moción que no hacía sino satisfacer las ansias de ETA por obtener un reconocimiento internacional.
La ruptura de la tregua por parte de ETA hubiera debido llevar aparejada una rectificación completa e inmediata del Gobierno. Pero, lejos de producirse esa rectificación, Zapatero no tuvo reparo en permitir, después incluso de que ETA volara el parking de la T4 en Madrid, que el brazo político de los terroristas regresara a esos ayuntamientos de los que los demócratas habíamos conseguido expulsarles en el año 2003. Ni siquiera los posteriores asesinatos cometidos por ETA han conseguido que el Gobierno rectifique y expulse a los terroristas de esos ayuntamientos a los que nunca deberían haber vuelto. Ayuntamientos que permiten a ETA manejar no sólo ingentes cantidades de dinero de nuestros impuestos, sino también los datos censales de los vecinos.

No sólo es que matar le siga saliendo a ETA gratis. Es que, además, financiamos a ETA con nuestros impuestos para que siga matándonos. Ante la falta de respuesta institucional del Gobierno español, ante la permanente negativa de Zapatero a expulsar a ETA de las instituciones y ante el temor de que esa falta de respuesta esconda el deseo de volver a oficializar los contactos en cuanto el clima político sea más propicio para las pretensiones del Gobierno, los abajo firmantes hacemos un llamamiento a que la sociedad se movilice y le haga llegar al Gobierno el mensaje, claro y contundente, de que estamos hartos. El Gobierno debe expulsar a ETA de las instituciones y debe hacerlo ya. Y por eso:
1) Exigimos al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero la disolución inmediata de los ayuntamientos gobernados por terroristas, en aplicación del artículo 61 de la Ley de Bases de Régimen Local, de la misma forma que se disolvió el ayuntamiento de Marbella por corrupción.

2) Exigimos que el Parlamento español apruebe una declaración solemne revocando la autorización para que el Gobierno negocie con la banda asesina ETA.

3) Exigimos que el Gobierno español solicite al Parlamento Europeo la revocación de la resolución que mostraba su apoyo a las negociaciones entre el Gobierno español y ETA.

4) Exigimos que el Gobierno español, mientras se tramita la disolución de los ayuntamientos en los que ANV gobierna, no entregue a esos municipios ni un solo céntimo de los fondos de emergencia destinados a que las corporaciones locales afronten la crisis económica, con el único fin de evitar que pueda destinarse más dinero público a la financiación de actividades terroristas.

5) Exigimos al Gobierno el respeto estricto a lo estipulado en el Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo suscrito por el PP y el PSOE, en su formulación actual.

6) Exigimos que los partidos políticos se dejen de declaraciones huecas y que los poderes públicos pongan en práctica, aplicando los mecanismos que proporciona el Estado de Derecho, medidas reales dirigidas a acabar con el nacionalismo terrorista y con quienes, desde posturas falsamente moderadas, les prestan apoyo material o justificación ideológica.

Estamos hartos de proclamas hipócritas llamando a la "unidad de las fuerzas democráticas contra el terrorismo". Lo que la gran mayoría de los españoles queremos es, simplemente, la derrota policial y judicial de los asesinos. Y no deseamos, porque es imposible, ninguna "unidad" con ninguna fuerza política que no comparta con nosotros ese deseo de que el terrorismo nacionalista sea derrotado de manera incondicional. Llamamos a los ciudadanos a reactivar la Rebelión Cívica si el Gobierno continúa sin cumplir con su obligación de acabar con los terroristas, o si pretende reeditar el proceso de negociación con los asesinos de ETA.

Y éste es el manifiesto. En este enlace teneis la posibilidad de suscribirlo, tanto personalmente como en grupo:http://www.vocescontraelterrorismo.org/

martes, 9 de diciembre de 2008

MENOS LOBOS, CAPERUCITA

Así es, los nacionalistas en general y la izquierda en su totalidad son los auténticos retablos, los auténticos inmovilistas, los auténticos casposos por antiguos de la actual sociedad, al menos, de la sociedad española.

No hay forma de que evolucionen con el tiempo. Nada, por mas que nos empeñemos en hacerles ver que el siglo en que viven es el XXI, que los presupuestos que los movilizaban bajo banderas de supuesta "justicia social"-que se ha demostrado con el tiempo donde han gobernado y gobiernan, es de "injusticia social"- han cambiado, que la sociedad ha cambiado y que concretamente la base social de la derecha ha cambiado. Ellos erre que erre, no cambian, siguen ahí expuestos para ser mirados, observados, analizados como reliquias vivientes de otra época. Los casposos NAZIonalistas, la casposa izquierda ni se dan cuentan que la sociedad con pensamiento conservador, no es la misma derecha del siglo pasado, que esta sociedad no tiene el mismo pensamiento ni las mismas motivaciones que antaño y que han llevado y llevan a la derecha actual a movilizarse y a salir por millones a la calle como ocurrió en la legistaluta pasada.

Digo esto por hacer referencia a las declaraciones de un sujetillo catalán, llamado Tardá, dando fin a su discurso ante los casposos nacionalistas que le acompañan en su partido. Ese final de discurso- por llamarlo algo- terminaba así: "Viva la República, muera el Borbón, salud". Qué caso perdido, pero qué caso. Unos dicen que da pena. A mi no. A mi lo que me produce es estupor por observar cómo se perpetúan en el tiempo gentes del pasado, gentes de los años 30, slóganes que ya nadie en su sano juicio entiende ni sabe qué leches quiere decir. Pero bueno...allá ellos y sus anticuallas políticas. Siguen pensando en una derecha miedosa, pacata, tímida. No han aprendido nada de nada. No han querido ver que la derecha a la que no se molestan ni entender ha cambiado tanto que ha tomado la calle por millones, que aquello de la izquierda de "la calle es mia", ha dejado de tener validez y que a la hora de dar la cara y ser combativos en la defensa de los valores el pensamiento conservador está mucho mas motivado y lo sabe hacer mucho mejor que esa izquierda estática muerta en el tiempo.

Os dejo un escrito que me ha llegado. Creo que habla mucho mejor que yo sobre lo que quiero decir.

"Realmente, me sigue sorprendiendo comprobar, una y otra vez, que nuestros representantes políticos viven en un mundo completamente al margen de la realidad. Ellos continúan a lo suyo, recurriendo a las mismas jugadas gastadas de siempre, sin enterarse de que la sociedad española ha perdido su inocencia en estos últimos cuatro años. Digo eso a cuenta de la patética bufonada del "Muera el Borbón" con que un representante de ERC se ha descolgado este fin de semana.

¿Cómo es posible que sigan con lo mismo? ¿De verdad no se han dado cuenta de que las cosas han cambiado? ¿De verdad se piensan, a estas alturas, que esos exabruptos casposos nos importan un comino? ¡Llevamos treinta años con la misma cantinela, hombre! Y la verdad es que ya cansa un poco ver siempre repetida la misma función. Cada vez que la izquierda o los nacionalistas quieren apretar un poco más el acelerador, en su calendario de ingeniería social o en su calendario de destrucción de la Nación, le atizan un poco a la Monarquía, para que los que formamos la base social de la derecha saltemos a defenderla y, a cambio de respetar a esa Monarquía, traguemos con cualquier cosa que nos quieran colar, desde leyes de eutanasia, a estatutos que niegan a los españoles los derechos constitucionales más básicos. Es como una especie de reflejo condicionado que ha estado funcionando durante tres décadas: ellos amenazaban con acabar con la Monarquía y así nosotros nos veíamos forzados a hacerles concesiones, a cambio de que esa Monarquía no fuera cuestionada.

Lo que me sorprende es que Tardá y el resto de majaderos no se hayan dado cuenta todavía de que las bases de la derecha nos hemos hartado ya de jugar ese papel de perro de Pavlov. El reflejo condicionado ha dejado de funcionar. Concretamente, dejó de funcionar un 11 de marzo. ¿Quieren ustedes quitar la Monarquía? ¡Pues adelante con los faroles, valientes! ¡A ver si tienen ustedes narices de proponer una reforma constitucional en sentido republicano! Porque, en este país, quien más necesita a la Corona, quien más la ha necesitado siempre, son precisamente ustedes, los nacionalistas. Porque la única manera que tienen de imponernos a los españoles un modelo confederal es, precisamente, recurriendo a la Corona como coartada durante el proceso de transición hacia ese modelo. Son ustedes, no nosotros, los que necesitan a la Monarquía desesperadamente. Sin la Corona, sería imposible hacer que los españoles tragaran ese proceso de confederalización que están intentando ustedes colarnos desde hace cuatro años, por la vía de los hechos consumados. Sin el Rey, no les quedaría a ustedes otra solución que ir a una secesión pura y dura, cosa que, evidentemente, no podrían conseguir. En cambio, si la Corona sigue estando ahí durante el proceso de transición, siempre les quedará a ustedes un último argumento para contestar a quienes denunciamos que la Nación española se deshace: "¡España no se rompe porque se imponga un modelo confederal, hombre! ¡Qué cosas dicen estos agoreros! ¿Cómo va a romperse España? ¿No ven ustedes que la figura del Monarca sigue ahí, como sucede con la reina de Inglaterra en los países de la Commonwealth?".

La permanencia de la figura del Rey les permite a ustedes intentar vendernos la burra de que la Corona seguirá siendo el punto de unión de las distintas "naciones" ibéricas en que España se descomponga. Cosa que, por supuesto, sería también mentira. Una vez disuelta la Nación, el fin de la Monarquía sería sólo cuestión de dejar pasar el tiempo necesario para guardar las formas. Ustedes no quieren al Rey, ni desean la Monarquía, pero saben que esa Monarquía les es imprescindible durante el proceso de transición hacia un modelo confederal que les garantice la independencia, si no de iure, al menos de facto.La Monarquía es su coartada última, caballeros, y somos perfectamente conscientes de ello. Así que ahórrennos espectáculos patéticos como la quema de fotografías del Rey o los gritos de "Muera el Borbón". Porque están ya muy vistos.
Resultan ustedes aburridos, de tan previsibles que son."
L.del Pino
8 diciembre 2008
Y ahora ¿desean conocer el físico de este Antonio Banderas de la política pueblerina española? Venga, ánimo, a ver a este sex simbol ESPAÑOL

domingo, 7 de diciembre de 2008

LA ESMERADA

Los años que trabajé con mi inolvidado Juan Garrigues Walker, los servicios de limpieza de la oficina los llevaba a cabo una empresa llamada «La Esmerada». Me gustaba la razón social. Y sus trabajadores eran, en efecto, esmeradísimos. No comparto la discreción en otras profesiones, que no adjetivan sus labores. Por ejemplo, un notario, en la placa del portal donde se ubica su notaría, bajo el nombre, haría bien en añadir: «El Eficiente». Un Peluquero, «El Mudo». Un detective privado: «El sagaz». Un masajista, «El infatigable». Un estomatólogo, «El indoloro», y así hasta el transportista: «El inmediato».
Ignoro si aún existe la empresa de limpieza a domicilio «La Esmerada», pero de permanecer en activo, nada mejor haría la ONU que contratar sus servicios para limpiar a diario la gran sala decorada por Barceló, esa «Capilla Sixtina del siglo XXI» que a diez días de su inauguración, se está desmoronando a estalactitazos. La vida del Rey, que se sepa, ha pasado por dos situaciones de gravísimo peligro. Cuando estuvo a un día de ser asesinado por la ETA en Mallorca y el día de la inauguración de la cúpula de Barceló en la sede ginebrina de la ONU. Una prueba irrefutable de lo que escribo. En la fotografía, Barceló se colocó el último de la derecha y el más cercano a la puerta de salida, con el fin de proceder a protagonizar una carrera a toda pastilla en pos del umbral salvador en el caso de que la estalactita naranja tornasolada en violeta se desprendiera del techo, como, según parece, así ha sucedido.
Si la ONU me hiciera caso y contratara los servicios de limpiezas «La Esmerada», habría de dotar a los trabajadores de unos potentes cascos protectores. Y cada mañana, la sala quedaría limpia y pulida, después de una pormenorizada recogida de artísticos cascotes diseminados por todo el recinto. O ello, o extender una red a diez palmos por encima de las cabezas de los delegados, con el fin de que los artísticos pedazos desprendidos, ripios mortales de necesidad, caigan y boten sobre la telilla entrelazada en lugar de abrir la cabeza al distinguido delegado de Venezuela, que sólo nos faltaba que un yesazo de Barceló le rompa la crisma en la ONU al embajador de Hugo Chávez.
El Consejo de Estado, el más alto órgano consultivo del Gobierno, actuaría muy positivamente si le enviara al Presidente Zapatero la siguiente recomendación escrita: «Por la que rogamos a V. E. no vuelva a llevar a S. M. El Rey a la sede de la ONU en Ginebra, hasta que se caiga del todo y definitivamente la cúpula del señor Barceló». En caso contrario, el Consejo de Estado podría ser cómplice involuntario de un no deshechable artístico regicidio.
Dicen los defensores a ultranza de la descomunal horterada, que los visitantes, al alzar la mirada y contemplar la cúpula, quedan con la boca abierta durante varios minutos. Pues cuidado con los dientes y con los morros, que no está la cúpula para contemplaciones admirativas y boquiabiertas. La sala de la cúpula ha sido clausurada y se trabaja con celeridad para simular su deterioro. Mejor que simular, disfrazar y ocultar sus deterioros, lo que habría que hacer es contratar a la empresa de pintores «Los pulidos» y pintar de nuevo el techo. De lo contrario, ni «La Esmerada» sería de gran utilidad. Sí en cambio, la funeraria «La sonriente».

A.Ussia 7 diciembre 2008

viernes, 5 de diciembre de 2008

ABYECCIÓN


IGNACIO URÍA, DESCANSA EN PAZ



Partida de tute diaria. Los jugadores, todos ellos compañeros de juego de Ignacio Uría, acabado de asesinar por ETA en Aizpetia a escasos 200 mts.de esa mesa, siguen con sus cartas en la mano, siguen con su partida diaria, no tienen ni el gesto de levantarse para estar junto al cuerpo de su compañero de partida, tirado aún en el suelo en un charco de sangre.

Esta fotografía lo dice todo. Es el mejor editorial de los últimos tiempos. Es la imagen de la abyección mas absoluta de una parte de la sociedad vasca que se ha sometido voluntariamente a la tiranía de las balas, cuando no es directamente colaboradora del terror.

Mirad esas caras, analizadlas. Es todo un reflejo de la amoralidad que acompaña a esas personas. Miradas indiferentes, frías, en algunos de ellos incluso agresivas. Pero no agresivas hacia asesinos, sino ante el fotógrafo que les está reflejando para la posterioridad e impedir en el futuro el olvido de lo que hicieron o lo que no hicieron en la etapa en que los ciudadanos vascos o gran parte de ellos, se prestaron por activa o pasiva a ayudar a ETA y la abyección que rigieron sus actos.
Señaladlos con el dedo a ellos y a quienes como ellos siguen sentados en sus sillones, callados o indiferentes mientras se asesina con el tiro en la nuca.

La partida continúa y el compañero diario de la misma, yace bajo un charco de sangre en la calle, a 200 mts. de ellos. Escupo sobre esas caras que son el reflejo de una amoralidad, de una cobardía colaboracionista. Escupo sobre esa parte de la sociedad vasca que ha decidido seguir con su partida de cartas mientras los Stalin de turno se enseñorean de una parte de España y somenten a la esclavitud del súbdito- que no del ciudadano-y les obligan a pensar, a votar, a decidir para ellos y sus familias en el presente y en el futuro lo que las balas deciden.

Maldigo esas caras. Maldigo esa partida, maldigo esa parte de la sociedad vasca y les deseo de corazón que en algún momento se vean tan sólos en la calle como han dejado a Ignacio Uría, su compañero de tute, bajo un charco de sangre.

jueves, 4 de diciembre de 2008

NUESTRO GURÚ NACIONAL...¿O SE DICE TAHÚR?

Atención a este video, este tío es un crack, un GURU de las finanzas, un adelantado a su época, un autentico adivino, un iluminado de la vida ¿Cómo lo hará para predecir el futuro con tanta exactitud? No me extraña que haya llegado donde ha llegado.

¿Los votantes socialistas siguen considerando a este sujeto como digno de algo? Allá ellos...aunque las consecuencias de ese voto las estemos pagando todos.
¿Dónde está la persona carismática que pueda devolver la esperanza a la nación? ¿Cuando aparecerá ese alguien que seguro está y aún no hemos descubierto?

miércoles, 3 de diciembre de 2008

DERECHO A VIVIR

Mi compromiso personal a favor de la vida, me lleva a reproducir en mi blog la carta que he recibido del actor y productor de moda mexicano, Eduardo Verástegui. Confío que con esta iniciativa, algunas personas-aunque fuera una sola-se replantee la opinión que se tiene hoy en día sobre el aborto. Idea que, como siempre, la defiende como si les fuera su "progresia", la izquierda totalitaria. La izquierda moderada esconde su complejo de saber que el aborto no deja de ser un asesinato, bajo el eufemismo de "cambiar la ley por otra que se atenga mas a la realidad".

"Querido/a amigo/a:
Soy Eduardo Verástegui, actor y productor de la película
Bella.
Quiero pedirte dos minutos de tu tiempo para escuchar el mensaje que quiero comunicarte a través de un vídeo que he grabado para ti.
Sólo tienes que pinchar en el siguiente enlace:
http://es.youtube.com/watch?v=na83C35VwQo

Como sabes, yo ya he dado un paso al frente.
Porque quiero hacer todo lo que esté en mi mano para defender la vida de los seres humanos más indefensos: los no nacidos; Porque quiero apoyar a las mujeres que se encuentran con un embarazo inesperado; Porque quiero contribuir a parar el holocausto – silenciado – del Siglo XXI que es el aborto...
Por todo eso, yo me he unido a Derecho a Vivir, por eso te pido que no pierdas un minuto y:
Reenvía este mensaje a tus amigos y familiares
Si todavía no lo has hecho, te pido que te unas a la plataforma Derecho a Vivir firmando en:
http://listas.hazteoir.org/12all/lt/t_go.php?i=60&e=Mjc4MzA3&l=-http--www.derechoavivir.org

No lo dejes para luego. Sé la voz de aquellos que no tienen voz pinchando en:
http://www.derechoavivir.org/

No quiero desperdiciar esta oportunidad para agradecerte el tiempo que has dedicado a la difusión de la película "Bella". Gracias a ti y a miles de espectadores – a los que esta película ha tocado el corazón – Bella ha logrado superar el millón de Euros de recaudación en 100 salas de toda España en apenas tres semanas. Esperamos que todavía muchas personas puedan beneficiarse de su mensaje y que se mantenga en los cines por muchas semanas más.
Hasta el día de hoy Bella ha salvado a más de 25 bebés que iban a ser abortados. Estos son los casos de los que nos hemos enterado, pero yo creo que ya han de ser miles de vidas las que esta película ha salvado. Ayúdanos a que Bella siga salvando más vidas. Por eso te lo ruego: no dejes de recomendarla.
¡Muchas gracias por todo tu apoyo!
Eduardo Verástegui, Comprometido con el Derecho a Vivir
http://listas.hazteoir.org/12all/lt/t_go.php?i=60&e=Mjc4MzA3&l=-http--derechoavivir.org

P.D. Reenvía por favor este mensaje a tus amigos para conseguir ganar la batalla de la vida. ¡Gracias!

lunes, 1 de diciembre de 2008

El partido desertor da lecciones de valor

El problema esencial de la Derecha política española es que se olvida siempre de lo que le hace la Izquierda. No es que prefiera perder la memoria del todo y sobre cualquier cosa; por ejemplo, a los políticos conservadores o centristas les encanta recordar que tienen más estudios y oposiciones ganadas que los políticos de Izquierdas, que a veces no han podido terminar y muchas veces ni empezar carrera alguna. Por ejemplo, Pepiño, no pasó de primero de Derecho.

Ahora bien, en lo que a política se refiere, que se supone es su vocación y el trabajo por el que pagamos, no se acuerda de quién es ni de quién tiene enfrente. Finge que le aburre el ejercicio de la memoria, pero lo que realmente le pasa es que le aterroriza reconocer que el mal existe, que lo tiene dentro y, sobre todo, que le acecha fuera, a la izquierda según se sale. Que lo tiene dentro quisiera olvidarlo aunque no pueda. Que lo tiene fuera lo disimula todo lo que puede, pero al final no puede evitar el miedo que le da. Si la compleja y enfermiza relación de la Derecha y la Izquierda pudiera resumirse en una sola frase, diríamos que la Izquierda no puede ni quiere curarse del resentimiento y el odio a la Derecha; y que la Derecha tampoco puede curarse del miedo que le produce la Izquierda. Y como una y otra se definen por oposición a su contraria, ni la Derecha deja de temer y la Izquierda de asustar, ni la Izquierda deja de envidiar y la Derecha de presumir, eso si no le da el pánico y sale corriendo.

Cuando la Derecha política no se comporta cobardemente, la envidia y el resentimiento de la Izquierda suelen convertirse en odio. Pero en odio feroz, criminal. Es el de Pablo Iglesias amenazando de muerte a Maura apenas llegado el PSOE en el Parlamento; es el de todos sus dirigentes en la Huelga General Revolucionaria del 17. Es el de toda la izquierda en el Trienio Bolchevique en Andalucía (1918-1921). Es el golpe de Estado de Largo Caballero y Prieto contra Lerroux por ganarles las elecciones; es el del PCE y toda la Izquierda presentando la represión de ese Golpe de Estado como una salvaje e inmotivada represión a los obreros asturianos. Es el de Largo como el Lenin Español, anunciando que si pierden en las elecciones del 36 irán a la guerra civil. Y aunque ganan con trampas, van a ella igualmente, pese a la oposición de Besteiro. Es el odio asesino de la escolta de Prieto, siempre con su jefe, cuando van a asesinar al primer jefe de la Oposición parlamentaria, Gil Robles y, al no encontrarlo en casa, secuestran y asesinan a Calvo Sotelo.

En la guerra civil, el odio y el resentimiento de la Izquierda alcanzan niveles de crueldad criminal no imaginados aunque acaso presentidos por la Derecha. Que aquello no fue un accidente ni algo que avergüence a la izquierda actual lo demuestra que el asesinato de ocho mil curas y monjas, por el simple hecho de serlo, era la semana pasada objeto de burla por Almudena Grandes, que se reía de las violaciones de los milicianos antes de asesinar a las monjas, en una demostración de lo poco que le importa a la Izquierda esa violencia que llama de género, sobre todo cuando los violadores y asesinos son de izquierdas y las víctimas de derechas, que se lo han buscado y que no son personas. Lógica la admiración de tantos titiriteros cejateros por la ETA, que piensa muy parecido.

El PSOE rompió todas las reglas democráticas contra el Gobierno de Aznar, pero ya antes de llegar a la Moncloa pareció lamentar que no lo asesinaran los etarras. Tan poco les afectó el atentado, amén de su propia negligencia y responsabilidad, que el Presidente del Gobierno, Felipe González, ni siquiera se quiso personar en el Hospital Ruber, donde estaba ingresado el Jefe de la Oposición. Sería interesante repasar la hemeroteca de esos días, porque lo de Aznar es el precedente de la actual campaña del PSOE contra Esperanza Aguirre, desatada por su Secretario General previo redoble de la SER, o sea, como el 11M. Y Zapatero no ha desautorizado a Blanco, faltaría más, porque le hace el trabajo sucio.

Si un líder de derechas, por la razón que sea, adquiere relevancia para la ciudadanía, hay que desacreditarlo, destruirlo cuanto antes y como sea ante la opinión pública. El del puñal puede ser Blanco o Negro, pero lo importante es que cace derechistas con el respaldo activo de la SER y las bandas mediáticas progres. Se dirá que gente que así actúa es gentuza, que no son políticos democráticos sino malhechores y liberticidas. Se dirá lo que se quiera, pero la Derecha es incapaz de actuar en consecuencia. El PSOE que desertó vilmente de Irak, el de la Alianza de Civilizaciones y el diálogo con el terrorismo, se atreve a vejar a uno de los pocos líderes de la derecha que no se avergüenza de serlo y que ha demostrado muchas veces su valor personal. Ni en Madrid, ni en el País Vasco ni en Bombay ha actuado como los jefes del PSOE ante Tejero, que por lo visto es lo que echan en falta los "asesinos de opinión" prisaicos. Pero Rajoy ni fue a recibirla ni ha fingido indignación, porque la campaña del PSOE contra Esperanza Aguirre es como la suya contra María San Gil: una abyección al servicio del cambio de régimen, con el PSOE y su gal mediático y con el PP "p´ayudar". Contra la libertad, naturalmente.

He aqui ahora el rebuznador oficial del Gobierno ZP: Pepín Blanco y oigan lo que dice de él Jose Luis Balbás, socialista histórico, que dio-con los votos que representaba- la Secretaria General a Zapatero. Por cierto, Joseé Luis Balbás que en varias ocasiones ha pedido perdón al pueblo español por haberse dejado engañar por Zapatero y conseguirle la Secretaria General del PSOE, gracias a él.


Y ahora la opinión de Balbás sobre Zapatero

viernes, 28 de noviembre de 2008

LOS SOCIALISTAS SE RETRATAN EN LEGAZPIA

Personalmente yo, titularía este artículo de otra forma:mentiras y sectarismo del PSOE. Pero como no soy la autora de este escrito, reproduzco título y contenido-como no podía ser de otra manera-tal cual lo he leído.

Es innecesario hablar de la alcaldesa de Lizarza, representante donde las haya de los valores morales, éticos y políticos. Representante democrática en una zona tomada por la ETA. Representante de los vecinos de ese pueblo vasco, cuando ningún partido de los llamados democráticos quiso o bien a recoger sus actas como concejales electos o directamente, no presentar candidaturas por el pavor que les producen una banda de asesinos que de antemano dueños de esa población.
Regina Otaola que salió elegida Alcaldesa de esa localidad por el PP, porque el miedo, la derrota moral de "compañeros" democráticos, fue la única en acudir a recoger su Acta de concejal electo. Los demás- los "valientes" defensores de las libertades, se escondieron como las ratas en sus cómodos pisos de Bilbao, con sus comidas, coches, secretarias y toda la parafernalia que acompañan a estos sinverguenzas de la política.
La izquierda de siempre, la izquierda del PSOE sigue siendo radical, aunque ahora se revistan con un manto de democracia. La izquierda de siempre, la izquierda del PSOE sigue teniendo el doble mensaje y la doble moral de siempre. Mientras presumen día y noche de superioridad moral frente a la derecha, actúan como lo que son: radicales, sectarios, demagogos y por sus hechos, mentirosos y manipuladores.
Si leéis este artículo de Regila Otaola, sabréis el motivo de mi exposición.


Los socialistas se retratan en Legazpia

27 de Noviembre de 2008 - 11:59:43 - Regina Otaola

Resulta muy difícil confiar en la pretendida voluntad del Gobierno socialista de derrotar a los terroristas con todos los recursos del Estado de Derecho, cuando a estas alturas de curso aún no ha tomado ninguna medida para desalojar a los proetarras de las instituciones democráticas.

Peor aún, es la actitud de los socialistas guipuzcoanos, que van a participar el próximo lunes 1 de diciembre en un Pleno de las Juntas Generales (Parlamento foral) en la localidad de Legazpia, cuyo ayuntamiento gobiernan en minoría 3 miembros de la ilegalizada ANV.

Obviamente, el grupo juntero del PP no acudirá a este Pleno, por varias razones:
En primer lugar, el Ayuntamiento está gobernado por un partido ilegal, ANV, que busca destruir la democracia y legitima el terrorismo nacionalista de ETA. Asistir a una recepción oficial ofrecida por un alcalde batasuno es legitimar una situación política anormal, un gobierno municipal eregido sobre el terror.

En segundo lugar, el resto de grupos políticos parecen olvidar que ANV no ha tenido acceso a la institución foral de las Juntas Generales por sus vínculos estrechos con ETA-Batasuna. ¿Qué sentido tiene que ahora las Juntas pretendan celebrar un Pleno en un Ayuntamiento gobernado por los compañeros proetarras de aquellos?

Al atender a la composición del Ayuntamiento de Legazpia, comprobamos además que de los 13 concejales sólo ¡3! son de ANV, frente a 3 del PNV, 3 de EA, 2 del PSE, 1 de EB y una edil no adscrita. Así de sencillo le resulta a ETA hacerse con "la mayoría" en ayuntamientos vascos, pese a que el resto de los partidos podrían marginar y restringir el acceso al poder de los proetarras. De hecho, la "moción ética" de PNV y PSE presentada después del asesinato de Isaías Carrasco prosperó gracias a la suma de los votos de PNV, EA y PSE (8), partidos que sin embargo rechazaron ir más allá con una moción de censura que hubiera acabado con el gobierno de ETA-Batasuna.

En este punto, resulta del todo inútil argumentar a los nacionalistas que la moción de censura es un mecanismo tan democrático como los demás, máxime en ayuntamientos como Legazpia donde PNV, EA y PSE suman 8 concejales de 13 frente a los 3 de ANV y, por tanto, representan una mayoría absoluta que casi triplica los apoyos de los proetarras en el municipio. En vano también contraponer este respeto casi sagrado a la lista más votada cuando es de ANV, con el escaso decoro que nacionalistas y socialistas han mostrado en toda España para arrebatar numerosos ayuntamientos a las listas más votadas del PP.

De los nacionalistas sólo podemos esperar sus habituales justificaciones para lavar la cara de los que legitiman el terrorismo, porque para ellos ANV es un partido ilegalizado injustamente, y tanto PNV como EA como EB como Aralar presentan la aplicación de la Ley de Partidos como "represión de los derechos políticos de los vascos" porque "no se pueden prohibir ideas", dicen.
Pero lo que no entendemos en el PP es la actitud de los socialistas vascos, porque aún sigue vigente la Ley de Partidos y porque se les llena la boca hablando de la deslegitimación de la violencia, pero luego legitiman a los representantes políticos de los terroristas con su presencia en Legazpia. El movimiento se demuestra andando, y lo cierto es que los socialistas dicen luchar contra el terrorismo pero luego aceptan a los representantes de los terroristas como interlocutores políticos. Nosotros lo que estamos pidiendo todos los días es que sean expulsados de las instituciones democráticas porque las corrompen, las controlan y las usan para apoyar la causa de ETA.

También cabe recordar a los socialistas vascos, que se presentan como alternativa al PNV de Ibarretxe, Egibar y Olano, que ellos son los principales responsables junto al PNV de que ANV siga en ayuntamientos como Legazpia después del asesinato de Isaías Carrasco. Entonces no hicieron lo suficiente para expulsarlos vía moción de censura; no insistieron lo suficiente a partidos como PNV, EA y EB, con los que los socialistas comparten gobierno en diversos municipios y a cuyo Gobierno tripartito de la CAV acaban de aprobar los Presupuestos por cuarto año consecutivo. Ahora, los socialistas van a acudir como corderitos al matadero a que les brinde una recepción y les regale los oídos con un discurso un alcalde que no ha sido capaz de condenar los crímenes de ETA, porque de hecho su función política consiste en justificarlos.

Nosotros, desde luego, no nos vamos a prestar a ello. Nuestra decisión no afecta además a los legazpiarras, porque no se trata de un Pleno municipal donde se debata sobre sus intereses, sino de un Pleno extraordinario a petición de una anterior Corporación municipal. Si acaso, tal vez debiera servir para abrirles los ojos a muchos vecinos, que tienen gobernando en su Ayuntamiento a personas que defienden, apoyan y encubren los crímenes terroristas.
Exactamente igual que en Mondragón, Pasajes, Oyárzun, Hernani...
Esta anomalía es producto de los chanchullos con ETA y la permisividad del Gobierno socialista con sus listas políticas durante las negociaciones del ‘proceso de paz’, pero creíamos acabada esta fase de claudicación. ¿Para cuándo va el Gobierno a disponer la disolución de estos ayuntamientos gobernados por proetarras? ¿Acaso espera reactivar el diálogo con ETA "si se dieran las condiciones" después de las elecciones vascas?

jueves, 27 de noviembre de 2008

A CALZÓN QUITADO

Hoy he encontrado en Libertad Digital, en el blog de Luis del Pino, un artículo suyo que por el interés que merece, lo reproduzco. Así como reproduzco un comentario realizado a dicho artículo por alguien que lo ha leído.

Dice un comentarista al articulo adjunto: Es lo que tiene el 11M:

- Pedir investigar el arma del crimen es inútil, dilatorio y perjudicial.
- Preguntar por la autoría intelectual es insignificante.
- Establecer quienes fueron lo autores materiales es prescindible.
- Explicar como se desarrollaron los hechos carece de interés.
¿Qué tiene el 11M para que haya que comulgar con ruedas de molino como éstas?

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo A calzón quitado26 de Noviembre de 2008

2008 - 19:34:53 - Luis del Pino

Pocos episodios hemos visto en el juicio del 11-M tan escandalosos y tristes como el de los análisis de explosivos. Primero ocultaron los análisis de los focos de explosión de los trenes; luego destruyeron los trenes y las prendas de ropa de las víctimas (?) ; más tarde, entregaron para analizar un puñado de muestras que no contenían ni un gramo de resto analizable, cuando de los trenes se habían extraído toneladas de objetos; después, se apagaron las cámaras misteriosamente el día que aparecieron componentes que no formaban parte de la Goma2-ECO; al final, achacaron la aparición de esos componentes que no cuadran con la versión oficial a mágicas moléculas voladoras que todo lo contaminan, pero sin que nadie sepa explicar cómo.

Las camaras de seguridad de las cinco estaciones de tren, ese dia no tenian cinta para grabar (?), casualmente.Pero, precisamente porque aquella sucesión de ocultaciones, mentiras y manipulaciones terminó convirtiendo en un circo lo que hubiera debido ser una prueba científica, el juez Gómez Bermúdez se tentó mucho la ropa a la hora de escribir su sentencia. Y lo que escribió estaba bien clarito: en Leganés y en el atentado fallido contra las vías del AVE se había usado Goma2-ECO, pero del explosivo de los trenes lo único que la sentencia del 11-M dice es que era una dinamita de tipo goma, sin poder determinar la marca, y que salió, total o parcialmente, de Mina Conchita.

La abogada de Gabriel y Pilar Moris presentó, nada más acabar el juicio, una batería de diligencias para tratar de aclarar qué es realmente lo que estalló en los trenes. Y el juez Pablo Ruz no se ha andado con tantos remilgos como Bermúdez. Después de la friolera de 18 meses, ha contestado a la solicitud de diligencias desestimándolas todas, por ser "inútiles, dilatorias y perjudiciales".
¿Inútiles? ¿En qué sentido puede ser inútil tratar de averiguar, por ejemplo, qué explosivos fabricados desde el año 1999 contienen metenamina, DNT o nitroglicerina, componentes todos ellos aparecidos en diversos análisis de los explosivos del 11-M?
¿Dilatorias? ¿Y eso lo dice el mismo juzgado que tarda 18 meses en contestar a la solicitud de diligencias? Desde luego, si algunos tuvieran la cara un poquitín más dura, podrían partir adoquines con la nariz.
¿Perjudiciales? Como no sea para la carrera profesional de algunos o para el futuro de esta casta político-judicial que nos gobierna, no veo en qué puede ser perjudicial pedir que se aclare qué explosivo se utilizó para asesinar a 192 personas.

Lo único que está claro a estas alturas es que el 11-M sirvió para poner en marcha muchas dinámicas, cuyas consecuencias las estamos viendo desde hace ya casi cinco años. Y está claro que los intereses creados para no averiguar qué pasó el 11-M deben de ser enormes, porque si no, no se explica que tanta gente sea capaz de renunciar a sus principios y a su deber profesional para conseguir, como sea, que se entierre la masacre de Madrid bajo un manto de olvido y de confusión: hay que tapar el 11-M a cualquier precio, lo quieran las víctimas o no.


Y si para eso hay que tergiversar el texto de la sentencia del 11-M, se tergiversa. Y si hay que dejar pasar los meses para que los asuntos se enfríen antes de contestar, pues se dejan pasar. Y si hay que rechazar las investigaciones que las víctimas solicitan, pues se rechazan. Y si hay que mantener secretas las diligencias año tras año, para entorpecer al máximo las investigaciones, pues se mantienen secretas.

Lo único bueno que tiene este enroque de la casta es que resulta tan grosero, tan evidente, tan a calzón quitado, que nadie que no forme parte de la propia casta puede a estas alturas dejar de preguntarse qué narices es lo que hay que tapar en el 11-M para que todo el mundo, jueces incluidos, haya perdido el pudor de semejante forma.

¡! ¿Alguien tiene duda de quien estuvo detrás de esto?

Ahora apostillo yo a ésta última pregunta realizada por L.del Pino: Yo no tengo duda alguna. Pero tampoco tengo pruebas...tiempo al tiempo.

OTRA MUESTRA DE "TOLERANCIA PROGRESISTA"

Pocos días después de que la política Cristiana Almeida expresara abiertamente su deseo de "prender fuego" a libros como los de César Vidal, la no menos peculiar Almudena Grandes acaba de ofrecernos en un artículo en El País otra muestra de ese "respeto y tolerancia" "progresista", del que esta misma escritora ya hiciera gala hace un año y medio al afirmar que cada mañana "fusilaría" a dos o tres voces que le "sacan de quicio".

Así, y a raíz de una frase atribuida a Sor Maravillas –"Déjate enseñar. Déjate mandar. Déjate sujetar y despreciar. Y serás perfecta"–, nuestra progresista escritora, no sólo se permite tergiversar un llamamiento clerical a la abnegación, a la obediencia y a la contención de la soberbia como si de un "contrato sadomasoquista" se tratara, sino que también se pregunta por el "goce que (la monja) sentiría al caer en manos de una patrulla de milicianos jóvenes, armados y ¡mmm! sudorosos".

Ignoramos si Almudena Grandes lamenta que la Madre Maravillas sobreviviera a la persecución religiosa en la que fueron torturados y asesinados 13 obispos, 4.184 sacerdotes, 2.365 frailes y 283 monjas, muchas de ellas, efectivamente, violadas antes de ser asesinadas. Lo que sabemos es que, entre ellas, estaban algunas hermanas carmelitas de Sor Maravillas y que de todo esto Almudena Grandes nada dice, para limitarse a señalar que esta monja "murió en su cama, en 1974".

Desde aquí, y a pesar de nuestras diferencias ideológicas, queremos aplaudir al escritor Antonio Muñoz Molina por la brillante réplica que en El País le ha dado a Grandes, y lamentarnos con él por lo que, en el caso del artículo de Almudena Grandes, consideramos algo todavía más lamentable que un "viejo chiste de monjas violadas".

Por nuestra parte, ni antes ni ahora hemos considerado que la admirable vida de Sor Maravillas tenga que tener reflejo en una placa en el Congreso. Sólo constatamos que algunos de los que se han opuesto a esa concesión, lo han hecho exclusivamente por el hecho de que esta persona era religiosa. A esa intolerancia "laicista" y a Almudena Grandes le recomendamos que vayan en busca de la obra de otros beatos, a la caza y mofa de otras afirmaciones propias de la severidad y sacrificio de la vida monacal o clerical. Con suerte, nuestra progre escritora podrá conseguir, con alguna de ellas, que se derribe la estatua del español Fray Junípero Serra que, con inmensa cruz en mano y en representación del Estado de California, se erige en el National Statuary Hall, en el Capitolio de Washington, sede del poder legislativo de los Estados Unidos de América.
Ya ven. Cosas del "sadomasoquismo puritano".

Editorial LD 26/11/2008

miércoles, 26 de noviembre de 2008

MEMORIA HISTÓRICA - V

Como fantasmas del 34-36, se presentan como "progresía"


Son como fantasmas del pasado, pero son de ahora, del presente. Son gentes ancladas indefectiblemente en ese pasado que añoran y por el cual darían la vida si pudieran vivirlo de nuevo.

Vivir un pasado lleno de horror, lleno de odio, de ira, de asesinatos indiscriminados, pero es su pasado, por el que justifican su hoy. No pueden evolucionar, son fantasmas, tienen preservativos mentales ideológicos, son como esos zombies que caminan pensando estar vivos aunque el hedor de pudedumbre a carne corrompida les acompañe en su caminar, como muertos que son.

Les gustaría empuñar las armas y comenzar a asesinar a todo discrepante de sus teorias ideologicas como se hizo en zona Republicana, como hicieron los frente populistas. Les gustaría coger teas ardientes y con ellas, quemar libros, bibliotecas, archivos, todo saber del pasado y del presente que se oponga a su concepción de la vida: la revolución cultural china, arrasar hasta dejar tierra quemada que no pueda ser fértil en años, asentar su ideologias extremista de izquierda sobre montañas de cadáveres si de ese modo pudieran conseguir el sueño dorado: la dictadura del proletariado. Sueño tan muerto y corrompido como ellos mismos son, como zombies que son, con hedor asfixiante, maloliente y que se niegan a reconocerse cómo lo que son: muertos, por muy andantes que vayan por la vida.

Hablo hoy de Almudena Grandes, asesina potencial como ella misma se reconoce en palabras dichas hace año y medio en Sevilla:"que cada mañana "fusilaría" a dos o tres voces que le "sacan de quicio", o lo que es igual, dos o tres voces CADA MAÑANA que no comparten su pensamiento político.

Esta sujeta- naturalmente de izquierda, de IU- ha escrito un artículo ¡¡como no¡¡ en el periódico de cabecera de todo izquierdista que se precie, el diario amarillo por excelencia, el periódico El Pais. Como no deseo cansar demasiado con mi opinión sobre gentuza de esta calaña- como antes de ayer hablé de la "otra" nostálgica del frente populismo, la incendiaria Cristina Almeida- dejo que hablen por mi, otros pensamientos, otras personas y me da alegría ver que entre ellos, los tres son de izquierda. Pero de izquierda de verdad, de la izquierda que ha defendido lo que siempre ha dicho defender. Distantes de las Cristinas Almeidas y las Almudenas Grandes y las Bardenes, como pueden estarlo Orion del Sol.

Por cierto y antes de terminar. Ni a Cristina Almeida ni a la tal Almudena Grandes ni a gentes similares, se les ha ocurrido pensar que con quien fuego o balas juega, con fuego o balas pueden resultar quemados o muertos. No puede olvidarse que somos muchos los que SI SABEMOS QUÉ HICISTEIS EN EL PASADO y la auto defensa está recogida como legítima en el Código Penal.

¿Chistes viejos?
ANTONIO MUÑOZ MOLINA 25/11/2008

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En su artículo del 24 de noviembre, Almudena Grandes hace lo que tal vez intente ser una broma acerca de una monja en el Madrid del comienzo de la Guerra Civil: "¿Imaginan el goce que sentiría al caer en manos de una pandilla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmm!- sudorosos?". ¿Estamos ante la repetición del viejo y querido chiste español sobre el disfrute de las monjas violadas? No hace falta imaginar lo que sintieron, en los meses atroces del principio de la guerra, millares de personas al caer en manos de pandillas de milicianos, armados y casi siempre jóvenes, aunque tal vez no siempre sudorosos.

Basta consultar a historiadores fuera de toda sospecha o -ya que nos preocupa tanto la recuperación de la memoria- recuperar el testimonio de republicanos y socialistas sin tacha que vieron con horror los crímenes que se estaban cometiendo en Madrid al amparo del colapso de la legalidad provocado por el levantamiento militar.

Ni a Manuel Azaña, ni a Indalecio Prieto, ni a Arturo Barea, ni a Julián Zugazagoitia les costó nada imaginar la tragedia de tantas personas asesinadas por esas pandillas no siempre incontroladas que preferían mostrar su coraje sembrando el terror en Madrid en vez de combatiendo al enemigo en la sierra. Casi todos ellos hicieron lo poco que podían por salvar a inocentes: a Juan Negrín no le fue nada fácil evitar que asesinaran a su propio hermano fraile. Y todos ellos sabían el daño que esos crímenes estaban haciendo internacionalmente a la justa causa de un régimen legítimo asaltado por una sublevación sanguinaria e inicua.

Almudena Grandes habla de exiliarse a México: cuando leemos artículos como el suyo y como tantos otros que por un lado o por otro parecen empeñados en revivir las peores intransigencias de otros tiempos, algunas personas nos sentimos cada vez más extrañas en nuestro propio país.


Punto crítico
Almudena Grandes, otra Bardem
Raúl Tristán

La escritora Almudena Grandes demuestra ser otra de esas almas rencorosas, atormentadas por la desaparición de un negro pasado que pretenden volver a instaurar para mayor gloria de sus odios.(Afirmó en Sevilla que cada mañana "fusilaría" a dos o tres voces que le "sacan de quicio", ya que "estamos en un país en el que la derecha española recuerda más a la de la II República que a la del franquismo", donde se vuelve a reclamar el derecho a gobernar "por gracia divina").

Se une así a la caterva de "bardenes" y Cía., que piensan que "toda República pasada fue mejor", cuando los que, desde nuestro republicanismo, condenamos el golpe de estado del 36 y los fatídicos 39 años de dictadura posteriores, somos conscientes de que la verdad, no es la que proclaman estos "rojos de pandereta y farándula", que tanto gustan de los placeres y bondades burguesas. Al menos, estos inteleprogres no podrán tildarme de fascista, declarándome republicano, de laicidad confesa, y condenador convencido del golpe del 36 y del franquismo. Y liberal. ¿Qué responderán, entonces, si les pregunto qué les parecía la II República?, ¿un dechado de virtudes? No nos engañemos. La II República sumió, desde el 34, si no antes, a la nación entera en una crisis de la cual se hacía imposible salir: el PSOE de Largo Caballero ("el Lenin español"), se hallaba tan radicalizado como el Partido Radical de Lerroux y su reaccionarismo. Si a ello sumamos la deriva hacia una extrema derecha representada por Gil Robles (CEDA) o Calvo Sotelo (Bloque Nacional), y una extrema izquierda, que se hacía patente en la división interna de las izquierdas: Besteiro contra Largo, tensiones entre CNT, BOC, UGT, PCE, Alianza Obrera... Planificación de "golpes de Estado" por la izquierda, o eufemísticamente "movimiento revolucionario", tenemos una situación que ya en el 34 se hace insostenible.

Ni derechas ni izquierdas supieron ni quisieron sacar adelante una República madura y con sentido común. Prefirieron enzarzarse en disputas, revoluciones y levantamientos, hasta que lograron su objetivo final: enfrentar a los españoles en las calles, en los pueblos y en las trincheras, como se enfrentaban los políticos de marras en el Parlamento. Unos políticos incompetentes que abocaron al país al enfrentamiento armado.

Y ahora, la señora Grandes escupe odio por su boca, rencor y basura como la que nuestro Presidente del Gobierno inocula en cada español con inquina. Con asesinos en potencia semejantes, ¿qué se puede esperar de la "progresía desilustrada" que nos apabulla y avasalla con sus sandeces, censuras, intervencionismo, amenazas veladas y subvenciones y apoyo a los amigotes? Hala, señora Grandes, que a lo mejor le dan el año que viene, como a la Bardem éste, el Premio de los Derechos Humanos del Ayto. de San Sebastián. ¡Manda... con la progresía intelectualoide!

P.S.:¿dónde está toda esa progresía pacifista ahora, tras unas declaraciones fascistoides, asesinas, criminales, que merecen el mayor de los desprecios y condenas?, ¿dónde las pancartas, las manifestaciones de repulsa? ¿dónde se esconde el talante? Cada mañana fusilaría a dos o tres voces que me sacan de quicio... parece que dijo la demócrata. ¡Qué barbaridad, qué obscenidad, qué atentado contra la razón! Una muestra más de lo que son: intolerantes y dictadores.


Milicianos progresistas

HERMANN TERTSCH
Martes, 25-11-08

¿IMAGINAN el goce que sentiría (la monja -santa para los católicos- Maravillas) al caer en manos de una patrulla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmmmm!- sudorosos? Eso es lo que se pregunta, textualmente, una escritora del régimen en la contraportada de un periódico que aún se pretende homologable a los productos civilizados de la prensa europea.

No hace setenta años. Fue ayer. Y esa contraportada la leyeron antes de ser publicada los responsables de ese diario. Y no les pareció mal. Tampoco se molestaron cuando la misma autora dijo que todas las mañanas desayunaba con ganas de fusilar a algunos que escriben en otros periódicos. Ni les pareció mal que el historiador irlandés de la zeja, Ian Gibson, confesara su íntima obsesión por poner una bomba en la basílica del Valle de los Caídos. Queda elegantísimo eso de manifestar que se levanta uno con ganas de quemar la iglesia de Los Jerónimos. Y después, un par de fotografías con las momias de las tumbas profanadas y los cristos mutilados al hombro. Fotos para un buen recuerdo. Mejores que la de Carod Rovira y Maragall en Jerusalén con la corona de espinos, que es una foto acomplejada y maricona. Gibson no parará hasta posar con la calavera -supuesta- de García Lorca.

Lo destacable en esta inmundicia es que hemos cruzado ya el Rubicón. A nadie escandaliza que un periódico en España que se dice digno y de calidad publique en su contraportada, desde luego como divertimento, una apología de la violación de una monja, santa o no. Esto el día antes de la muy solemne «jornada internacional contra la violencia de las mujeres», a la que dedican ya páginas y que aprovechan las amigas de la patrona de los milicianos violadores para clamar que todas las chicas son buenas y los maltratadores unos mierdas de derechas. Porque los milicianos que violan a una monja son unos progresistas magníficos que todos debiéramos sentar a nuestra mesa.

Tampoco le ha escandalizado a esta prensa la chica castiza Almeida cuando se ha mostrado partidaria de quemar, no ya el Corte Inglés, que es un buen anunciante, sino los libros que expone y vende y que a ella no le gustan. Tan antifascistas ellos que algunas hoguerillas de letra impresa les parecen mejor que otras.
Pero volvamos a la monja y santa Maravillas. Ha sido imposible poner una placa en honor de esta mujer en el Congreso de los Diputados. Realmente no creo que la necesite, ni ella ni quienes en ella creen. Y habría soliviantado a los socialistas sensibles. Pero volvamos a nuestro país. Al país. Que ayer se hace muy seriamente desde una tribuna privilegiada la siguiente pregunta: ¿Imaginan lo que disfrutaría esa monja si la violara todo un pelotón de aguerridos soldados de nuestra república democrática impecable e impoluta? ¿Se dan Ustedes cuenta qué juerga, para nosotros y para los demás? Todos ellos sudorosos -¡mmmmmmm!- y estupendos luchadores a favor de la democracia y la libertad de todos los seres humanos.
Aquellos hombretones fraternales de la izquierda progresista sólo violaban para hacer favores, nos dice Almudena. Una santa laica más del país que parece añorar que se repita.

Bien. Ahí tienen tres opiniones de tres personas de izquierda y los tres, con el bagaje intelectual suficiente como para no tener que dar explicaciones de quienes se tratan. Por mi parte ya he dado mi opinión. Si mas comentarios...por hoy.

Pasemos ahora al vídeo del día correspondiente a la Memoria Histórica. Como siempre, no es sólo interesante, es de imprescindible visión.





martes, 25 de noviembre de 2008

MEMORIA HISTÓRICA IV

Hoy voy a comenzar mi repaso de memoria histórica con hechos históricos mucho mas recientes, pero no por ello menos clarificativos por semejanzas de políticos del PSOE del los años 35-36 y los no tan antiguos de la actualidad.

¿Semejanzas? Muchas. Como es natural los hechos diferentes y circunstancias diferentes. Pero les une algo que jamás han abandonado ni abandanorán: su absoluta amoralidad cuando se trata de la mentira como forma de hacer política.



En cualquier país medianamente democrático, políticos como los actuales en el gobierno y pasados gobiernos con Felipe González, no sólo no hubieran sido expulsados de la vida política por los votos, sino que estarían sentados en el banquillo de acusados por prevaricación sino por delitos mas graves.


Pero España- ya se sabe- es diferente. Aquí ocurra lo que ocurra nunca pasa nada...si es la izquierda quien lo hace. Y así nos va. Y nos fue. Paro, corrupción generalizada, falta de libertades cada vez mas ostensibles, deriva hacia el totalitarismo- versus zonas nacionalistas- persecución a medios de prensa. En fin, todo un elenco de "cualidades" en la vida política.



Por la importancia que en su día obtuvo el secuestro y tortura de Marey por miembros del GAL, grupo terrorista organizado desde el poder político de la época de Felipe González, os dejo este editorial con la ÚNICA FOTOGRAFÍA obtenida por un fotógrafo del diario El Mundo, fotografía que precisamente se intentó evitar por todos los medios para que no quedara constancia en el futuro de un Felipe González pasando por el pasillo del Tribunal Supremo, para testificar sobre el tema Marey.

Os dejo la fotografía- insisto, la única que existe- y el artículo, para continuar como siempre, con vídeos interesantísimos relacionados- ahora sí- con la memoria histórica de los años de la Guerra Civil.

Tanto la memoria histórica mas reciente, como las mas antigua, tienen un interés indudable. Os animo a leerlas y verlas. Incluso los mas cerriles adictos al PSOE, si le dan una oportunidad a su inteligencia fuera del "rebaño" al que pertenecen ideológicamente, pueden aprender algo importante: Ser libres por fin.




González ante el Supremo: la imagen del estigma

Es una imagen para la Historia. La fotografía de Felipe González transitando por el pasillo de la sala del Tribunal Supremo en la que se juzga el caso Marey, mirando al suelo para no cruzar su mirada con la de los policías procesados, es el retrato de toda una época.

Acudió al final sólo como testigo, sí, pero valió la pena. Da igual que se limitara a repetir lo de siempre, en la vieja línea del «No hay pruebas ni las habrá». Esta vez hubo de hacerlo tras haber prometido ante la más alta instancia judicial española que diría la verdad. Esa promesa, ilustrada con esa fotografía, lo perseguirá por siempre en los libros de la Historia. Tanto más cuanto más tiempo pase, porque las generaciones venideras -ajenas a las servidumbres políticas y mediáticas actuales- no tendrán duda alguna sobre hasta dónde alcanzan las responsabilidades que se derivan de la gestación de los GAL y de sus actos criminales.


Algunos magistrados solícitos quisieron librar a Felipe González del estigma que, según ellos, habría implicado citarlo como imputado en esta causa. No lo han conseguido: ahí tienen la fotografía del estigma.


Por lo demás, el ex presidente del Gobierno demostró una vez más su habilidad en el manejo de afirmaciones de apariencia rotunda y de contenido huero, destinadas a encubrir su firme deseo de no decir nada. Se evidenció tan enérgico a la hora de hacer pronunciamientos genéricos como impreciso a la hora de recordar los hechos. Con todo el aplomo del que es capaz -y reconozcámosle que es capaz de mucho-, González declaró ayer ante el tribunal que juzga el caso Marey que él nunca supo que Amedo y Domínguez cobraran del Ministerio del Interior -aunque haya testimonios que revelan que Juan Alberto Belloch le pidió autorización para dejar de pagarles-.

Tampoco recuerda haber sabido en su día que hubiera una orden internacional de detención contra José Amedo. Le preguntaron si es cierto que habló con Garaikoetxea, por entonces lehendakari del Gobierno vasco, sobre la posibilidad de hacer la guerra sucia a ETA, según afirma éste. Tampoco se acuerda. Le preguntaron si es verdad que le dijo al periodista José Luis Martín Prieto, antes incluso de llegar a la Presidencia del Gobierno, que podía ser buena idea «empezar a atacar a los etarras en Francia», aplicando las técnicas de los escuadrones de la muerte, tan caros a su amigo venezolano Carlos Andrés Pérez. Contestó que es posible que tuviera esa conversación, pero que no la recuerda y que, en todo caso, él siempre ha sido partidario de combatir el terrorismo desde la legalidad. No explicó cómo se las ingeniaba para simultanear la defensa de la guerra sucia y la de la legalidad.


A veces su memoria mejoraba súbitamente. Mostró tenerla, y muy precisa, cuando le evocaron el intento de secuestro del etarra Larretxea Goñi, antecedente inmediato del secuestro de Segundo Marey. En ese punto recordó perfectamente -lo que son las cosas- que Barrionuevo no le informó previamente de esa operación. Y es que él tiene un cariño infinito a Pepe Barrionuevo, pero ha de prever la posibilidad de que resulte condenado. Y quiere cuidarse de salir salpicado. Por eso insistió en que su ministro gozaba de una gran «autonomía de decisión». No da puntada sin hilo.


Siempre dentro de su línea de insinuar sin afirmar, aludió al hecho de que su Gobierno «remató» el plan de la UCD para la reinserción de los miembros de ETA político-militar. Señaló que habría sido un error que su Gobierno hubiera rescatado del olvido los delitos de esos etarras diez años después. Era evidente que trataba de hacer un paralelismo con los GAL y, de paso, reprochar al Gobierno de Aznar que no haya ayudado al archivo de esta causa. Se olvidó de que nadie ha sacado del desván los crímenes de los GAL. Han estado presentes permanentemente. Ya en 1987, Diario 16, aportó las primeras revelaciones sobre la trama. Y casi recién aparecido EL MUNDO, en 1989, este periódico puso a la Justicia en la pista del agente Francisco Paesa, dato que sería decisivo para establecer la conexión entre los GAL y la cúpula del Ministerio del Interior. Si se ha tardado tanto en empezar a juzgar las andanzas de los GAL es, pura y exclusivamente, porque él y sus servidores no han dejado durante todo este tiempo de dificultar la investigación de los hechos.


Insiste en que no se enteró de nada. Si los GAL se hubieran limitado a secuestrar a Marey, resultaría improbable, pero no imposible. Ocurre que actuaron a lo largo de tres años y mataron a 28 personas. Tuvo que enterarse. No era tan incompetente.

Y ahora, como siempre, os dejo vídeos sobre la memoria histórica, historia que no sólo quieren falsear desde la izquierda para "lavarse" en su imagen de lo que hicieron y son. Lavatorio que quieran o no, les va a resultar imposible.
Demasiados asesinatos, demasiados muertos, demasiada gente que sabe "Que hicieron y qué hacen".


lunes, 24 de noviembre de 2008

MEMORIA HISTORICA III

Siguiendo con la memoria histórica, hoy voy a dejar una entrevista a dos personas conocidas, provinientes de la izquierda radical y de las pocas que han sido capaces de hacer una autocrítica de su ideología, de lo que les habían contado y de lo que con el paso del tiempo, vieron y vivieron en primera persona.

Estas dos personas, junto a una decena mas, todos provenientes de esa izquierda, han escrito un libro que está siendo best seller en estos momentos. El libro se llama "Por qué dejé de ser de izquierdas" y en él, por bocas de sus diferentes testimonios, van desgranando los motivos que en principio les llevó a abrazar esa ideología para mas tarde, abandonarla como alma que lleva el diablo.

No quiero extenderme demasiado. Voy a dejar aqui un artículo de Cristina Losada donde, como es natural, describe mucho mejor de lo que pueda hacerlo yo, lo dicho mas arriba.
¿No queréis memoria histórica? Yo tambien. Y ahora es tarde para dar marcha atrás como dice Zapatero. Él ha levantado la caja de Pandora. Que él asuma la responsabilidad que la historia pueda pasarle por haber conseguido que media España esté enfrentada a la otra media, cuando desde hacía 30 años todos- unos y otros- intentábamos pasar página, perdonar y olvidar.

Yo ahora no perdono. Zapatero lo ha conseguido. El fantasma de mi abuelo asesinado por el grave delito de ser creyente católico, exclusivamente por ese terrible motivo, ha vuelto a mi vida y deseo que se haga Justicia con él y sus asesinos paguen sus culpas o al menos, que pidan perdón. Mi abuelo, Zapatero, fue sacado a las 5 de la madrugada de su casa, maniatado y a culetazos en todo su cuerpo, maltratado y vejado, fue subido a un camión junto a decenas mas y llevado a Jaén, al llamado "tren de la muerte". Ese "tren de la muerte" fue la tumba ambulante para centenares de personas sacadas de sus casas en circunstancias iguales o parecidas de sus casa y sin Juicio ni garantías legales de ningún tipo, fueron asesinados por milicianos frente populistas, uno a uno. Cuando el tren llegó a Madrid, ese tren era un cementerio. Y sólo hablo de mi abuelo. Podría hablar de la mitad de mi familia masacrada en circunstancias similares.

Enviado por opinando en 2008-20-10 23:34

Por qué mis amigos no quieren revisar sus ideas sobre la guerra civil
Por Cristina Losada

Cuando leí los primeros libros de Pío Moa sobre la II República y la guerra civil, a las ideas que yo tenía acerca de ambas les pasó lo que a esas momias que llevan milenios en una tumba herméticamente cerrada: se hicieron polvo en cuanto recibieron aire fresco. Impresionada por ello, empecé a correr la voz entre amigos y conocidos que sabía que guardaban momias parecidas en sus armarios. Lo que me encontré casi me impresionó más: una resistencia total a contrastar sus ideas con otras que las impugnaban. Y eso a pesar de que éstas provenían de alguien que por haber sido de la familia y haberse destacado en la glorificada lucha antifranquista, debía de tener a sus ojos, como los había tenido a los míos, un plus de credibilidad. Pues ni por esas. No es que no quisieran desprenderse de sus benditas reliquias, cosa comprensible y que no debe hacerse a la ligera; es que no querían ni echarles un nuevo vistazo.
Sus ideas sobre la guerra las guardaban, como frágiles restos arqueológicos, bajo un blindaje intelectual y emocional que mis someros resúmenes de las tesis de Moa y los artículos de éste que les enviaba a modo de cebo, no lograban traspasar. La mayoría respondió con el silencio. ¿No conseguía despertar su interés o no tenían ningún interés? Claro que el silencio casi era preferible a algunas reacciones. Las típicamente sectarias, como: “Este señor (por Moa) debe ser de extrema derecha”; es decir, la identificación del disidente con el enemigo, de pura cepa estaliniana. La falsa neutralidad: “No quiero entrar en polémicas”, para recomendarme acto seguido “Soldados de Salamina” como modelo de aproximación ecuánime a la guerra. Y la frívola descalificación: “Está loco”, lanzada por quien no había leído nada del así diagnosticado, pero había oído campanas.
Cuando las campanas fueron campanazo, cuando el diario El País, velando siempre por el bienestar de su feligresía, puso las obras de Moa en su Índice de lecturas no recomendadas, la frase fue: “Está muy desacreditado”. Por entonces aún pensaba yo que en la izquierda, salvo en las fortalezas partidarias y en los reductos estalinistas, el sentido crítico no se cultivaba sólo de boquilla y se intentaba mirar el derecho y el revés de las cosas. Pero ahí estaban unas personas que creían poseer aquel sentido en grado sumo, resistiéndose a la crítica y renunciando a hacerse una opinión personal sobre un asunto importante para ellas. Como lamelibranquios en apuros, echaban el cierre y allá vinieran olas y mareas que les daba igual; ya se encargarían otros de filtrar todo aquello y de demostrar que era basura, como barruntaban.


Y así fue, pues en cuanto a Moa lo entrevistaron en televisión y el PSOE e Izquierda Unida tuvieron la ocurrencia de quejarse, los guardamentes de la familia, tal vez aguijoneados por la espectacular acogida del público a Los mitos de la guerra civil [1], rompieron el silencio con el que habían fulminado hasta entonces las obras del historiador.
Habló el oráculo por la pluma de Javier Tusell, y ya mis conocidos y amigos supieron lo que debían pensar: los “historiadores serios” habían llegado en su día a un consenso sobre la República y la guerra civil, y aquel iconoclasta de Moa había osado perturbarlo cuando además no formaba parte de la curia académica, cuando no era, ¡horror!, sino un amateur[2].Es decir, que mis amigos aceptaban un juicio, exabrupto clasista incluido, según el cual, los hechos históricos admiten interpretaciones hasta que se llega a un consenso, y luego se cierra la ventanilla.
Era la negación misma del espíritu crítico y del proceso del conocimiento. En la historiografía y en todo lo demás. Con la mentalidad de un Tusell, y de los que luego abundaron en su criterio, el hombre posiblemente no hubiera llegado al Paleolítico. Pero mis conocidos se embaularon aquel reaccionario dictamen, que les permitía seguir refugiados en su caparazón. Caí entonces en la cuenta de que hasta en los más heterodoxos pastos de la izquierda la proclamada voluntad crítica y autocrítica no pasaba de huera retórica, y que esa retórica cumplía una curiosa función: la de reforzar la inmunidad frente al virus de la crítica. Y aquellas defensas se activaban para proteger una idea de la guerra civil, la cual, sesenta y muchos años después de su estallido y al cabo de veintitantos de democracia, debía considerarse como un episodio histórico más, sujeto a investigaciones e interpretaciones cuya calidad tendría que juzgarse por su concordancia con los hechos y su capacidad para explicarlos, y no porque reconfortaran y satisficieran emocionalmente o corroboraran las inclinaciones políticas de cada cual.

Aquella reacción visceral no podía atribuirse a que sus familias hubieran sufrido la represión del bando franquista, pues muy pocos había en ese caso. Su reacción nacía de otros manantiales, aunque conducía al mismo estanque en el que nadaban, más comprensiblemente, los que habían sufrido heridas: el de un pasado mítico, un pasado que no se permite que quede atrás, que se quiere siempre presente. Un pasado que al no aceptar que sea historia, de vocación objetiva, y perpetuarlo como memoria, de raíz subjetiva, no era lícito revisar. Pero ¿qué pescaban en aquellas aguas inmóviles? Algo debían de sacar de allí, que era importante. No se aferra uno a una idea del pasado si ésta no tiene trascendencia para el presente. ¿A qué venía si no, tanta resistencia? ¿Por qué era intocable aquella versión que daban por cierta? ¿Era que la duda, roedor incómodo e insaciable, podía acabar no sólo con esa creencia, sino también con otras, tal vez con las vigas maestras y con la casa entera?


La narración narcisista

Los que hemos pertenecido a la familia sabemos por experiencia que la guerra civil es la gran epopeya de la izquierda española. Tal como ha querido contársela y contarla, es la “narración narcisista”[3] con la que la izquierda ha construido su imagen. La identidad de pueblos y grupos, y de los individuos que se consideran parte de ellos, se nutre de esos cuentos del pasado, que son de enorme resistencia al cambio y a la verdad histórica. No es conveniente ni agradable dejar de ser el “bueno” de la historia. Y aún lo es menos que otro deje de ser el “malo”, lo que significa perder el papel de “víctima”. Así que suele negarse cuanto contradiga esas narraciones, y se procura vestirlas con los hábitos de la Historia, para lo cual nunca faltan voluntarios y mercenarios.

La versión de la guerra civil que maneja la izquierda es de un narcisismo esplendoroso. Si, como dice, el conflicto fue provocado por una derecha fascista ante la amenaza que el régimen republicano suponía para los privilegios de la oligarquía, ella queda limpia de polvo y paja y todo el peso de la culpa recae sobre el otro bando. Esta cómoda postura, útil pero nefasta para una futura convivencia, se adoptó a pesar de que algunos dirigentes de la II República reconocieron, vista la debacle, que tenían por lo menos parte de responsabilidad en lo ocurrido. Pero esa vía se taponó enseguida y hasta se arrinconó y despreció a aquellos “republicanos” cuyo testimonio emborronaba la imagen idílica que se quería dar de la República y del Frente Popular.Al presentar la guerra como un enfrentamiento entre el fascismo y la democracia, el drama se reduce a un guión de buenos y malos, y en él la izquierda se reserva naturalmente el mejor papel, el de héroe de la luz y víctima de las tinieblas, representadas éstas por una derecha nacida en las cavernas de la España negra. Ese cliché no es más que un destilado de la propaganda que hizo de sí misma la II República y de la que pergeñaron los comunistas para el Frente Popular[4].
Sólo por eso debería sospecharse que se halla tan cerca o tan lejos de la verdad como la propaganda del bando franquista. Sin embargo, en el extranjero, donde prendió con facilidad en gran medida porque el mensaje entroncaba con una visión tradicional que se tenía de España en Europa[5], sigue siendo “la verdad” para el grueso de la opinión. Y aquí se ha transmitido y difundido tanto que hasta quienes bajo el franquismo considerábamos la guerra como un episodio revolucionario, desgraciadamente fracasado, terminamos por hacer nuestra esa versión light[6].Y es que esta “narración narcisista” le ofrece al consumidor de izquierdas una mercancía irresistible: un abono para uno de sus mitos básicos, el de su superioridad moral. Y esa superioridad, que queda patente si defendió al “gobierno elegido por el pueblo” frente al fascismo, es mucho más discutible si potenciaba una situación revolucionaria y se proponía eliminar al “enemigo de clase”.

La legitimidad de la izquierda gana puntos con la primera versión y los pierde si resulta que, como muestran Moa y otros autores, es más cierta la segunda. Los comunistas de la época explotaron a fondo el valor propagandístico del cliché y continuaron haciéndolo bajo el franquismo. Pero le presta servicios a toda la izquierda. El esquema lleva en su reverso un retrato del “otro” como destructor de la democracia, y es por tanto una buena carta para guardarse en la manga. Su valor debe ser alto, pues hay toda una cohorte de historiadores e intelectuales dedicados a conservarla en perfecto estado, haciendo incluso como que la limpian de mitos y falacias[7].

Merced a esta engañifa, la izquierda cubre sus raíces antidemocráticas y quita las manchas que ha dejado en su currículo la represión ejercida por el bando frentepopulista. La bondad de los fines –la democracia-, así como la maldad, en los fines y en los medios, del bando opuesto –el fascismo-, disculpan los desmanes.
Se produce así una asimetría peculiar: las salvajadas de la izquierda se presentan como casos particulares, atribuibles a pequeños grupos y a individuos, y nacidos de la justa “ira del pueblo”; las de la derecha se consideran la marca de la casa, y la responsabilidad se transfiere a todo el grupo, a una derecha de incorregible naturaleza represiva y brutal. La versión light de la guerra, que es la que ha acabado por ser La Versión, y lo seguirá siendo si los libros de Moa, César Vidal y otros no lo remedian, da, pues, frutos muy dulces para la familia de la izquierda, y esos son los que pescan mis amigos y conocidos en el estanque del pasado mítico. Pero si no dejan de acudir allí es porque no disponen de otras aguas mejores ni más productivas. Porque la izquierda española no ha querido construir su identidad y fundar su legitimidad sobre cimientos distintos a los que proporciona ese pasado falso.

Claro que, ¿hubiera podido? Compensar una frustración para los de izquierdas “de toda la vida”, los trece años y pico de gobierno socialista han sido un trauma difícil de manejar. La llegada de los socialistas al poder fue la llegada de la Izquierda al poder, el sueño hecho realidad que despertó en ellos, y en otros muchos, una euforia y unas expectativas grandiosas. La caída desde aquellas alturas a la realidad del felipismo, con su traición a las grandes promesas, su reguero de ineptitud y corrupción, su actitud antidemocrática, su asalto al Estado de Derecho, su recurso al delito y al crimen, era tan brutal que mucha gente se quedó en Babia, incapaz de asimilar lo que estaba pasando. ¡Todas aquellas fechorías se estaban haciendo en nombre de la Izquierda!El comportamiento de los socialistas en el gobierno generó confusión y desarraigo en la familia. La imagen y la identidad de la izquierda española zozobraban; por el medio, la caída del muro de Berlín y la constatación a plena luz del fracaso del socialismo, sumían al grueso de la Izquierda en su peor crisis de identidad.

Pero estas experiencias no condujeron al colectivo a ningún autoexamen relevante. Unos pocos individuos lo hicieron, mientras que otros, la mayoría, capearon el temporal como pudieron y en cuanto pasó, salieron del escondrijo con un gran deseo de olvidar lo ocurrido.La recuperación de la “narración narcisista” de la guerra civil, con su secuela sobre los crímenes del franquismo, los propulsa hacia atrás, al “antes de”, al momento en el cual las cosas estaban claras y los valores de la izquierda aún brillaban impolutos. En lugar de reflexionar sobre la experiencia más reciente, se salta sobre ello y se regresa al pasado lejano. La llamada recuperación de la “memoria histórica” es el regreso a los momentos estelares de la Izquierda y a los tenebrosos de la Derecha Es una huida hacia atrás que sirve finalmente para huir hacia adelante.

Algunos de los valores que la izquierda española se atribuye, y que han sufrido desperfectos, mejoran al pasar por ese túnel del tiempo. ¿Qué el felipismo dejó en entredicho la superioridad moral de la izquierda y la solidez de sus convicciones democráticas, de las que tanto había presumido y presume? Pues ahí están la guerra civil y el franquismo en los remakes de Paul Preston y sus discípulos, para reparar los daños y subirle la moral y la fe al creyente atribulado.

Ya no puede decirse que la izquierda tenga, como siempre se ha jactado de tener, la exclusiva del progreso y la modernidad: España se ha modernizado tanto bajo el PSOE como bajo el PP; es más, con la izquierda el país se sumió en una grave crisis económica, que se remontó exitosamente con la derecha. Pero la idea de que ésta puede gobernar eficazmente es indigerible para quienes se han criado en el dogma de la absoluta incapacidad, ineptitud e incompetencia del “otro”[8]. Regresar a la II República, que se publicitaba a sí misma como introductora de la civilización en España, rescata esa imagen de la izquierda –que considera a la República como propiedad suya- como poseedora de la llave del Progreso. El drama de la izquierda española es que ha continuado ofreciendo como valores exclusivamente suyos aquellos que ella misma ha pisoteado y que la realidad se ha encargado de desmentir. Y en lugar de renovarse o refundarse, se ha refugiado en la negación y se ha contentado con operaciones de maquillaje. Vuelve a las viejas raíces de su identidad porque las más recientes están podridas y porque ha sido incapaz de dar una imagen que no sea en negativo: que no se defina primordialmente por oposición al “otro”. Volver al pasado heroico ayuda a mis amigos y conocidos a compensar la frustración creada por tantas traiciones, fracasos y naufragios. Es una terapia excelente.

En el mismo tour regresan al año cero de la Transición, un proceso que también los dejó frustrados porque no sentó al franquismo en el banquillo, y redescubren que tuvo “errores”, la “amnesia” entre ellos. La tara fundamental de la joven democracia española no son entonces los desastres que resultaron de la apropiación patrimonial del Estado por el felipismo, sino la pervivencia de residuos del franquismo. Se desplaza la atención de los defectos que trajo consigo el antifranquismo a los que trajeron los franquistas y perpetúan sus sucesores “naturales”. Y a todo esto, no se preguntan como es que la izquierda, a lo largo de sus trece años y pico en el gobierno, no enmendó los errores ni erradicó los defectos, no compensó como es debido a las víctimas, no recordó más a los exiliados, no excavó todas las fosas y no buscó a los “desaparecidos”. La memoria es selectiva. El miedo y la pereza ¿Qué pasaría si estas personas de las que hablo aceptaran que sus ideas sobre la guerra civil estaban equivocadas? Si esas ideas no fueran aún tan importantes para la imagen y la autoestima de la izquierda y de ellos mismos, no pasaría nada. Podrían seguir siendo de izquierdas y reconocer que la República y la guerra no fueron como se las contaron. De paso, entenderían por qué el régimen franquista duró lo que duró y tuvo el apoyo social que tuvo.

Pero cuando se descubre que uno estaba no sólo equivocado sino engañado, y que la gran epopeya es, en realidad, la gran mentira, entonces puede pasar mucho. Uno puede empezar a preguntarse por qué la tribu persiste en la mentira y acabar preguntándose si no hay en ella una inclinación irresistible a la falsedad, una “inveterada deshonestidad en las relaciones con lo verdadero,” como dice Revel, “secuela de la educación totalitaria del pensamiento”[9].

Uno tendrá, con seguridad, desavenencias y discusiones amargas, en las que será arrojado más de una vez al basurero de la derecha cuando no al lodazal fascista; se convertirá “objetivamente” en enemigo. La familia de la izquierda, que se cree moral e intelectualmente superior a todas las demás, reserva para el que se sale del redil los dardos más venenosos. Y sus miembros lo saben. Por ello, entendería que mis amigos y conocidos tuvieran miedo a discrepar en una familia tan ferozmente sectaria y miedo a una soledad ignominiosa con el sambenito de “se ha vuelto de derechas” colgado del cuello.

No obstante, pienso que si llegaran a convencerse de la falsedad de sus ideas sobre la guerra civil, su sentido ético les haría sobrellevar esos temores. Pero el caso es que no las van a remirar siquiera. La mayoría, no. Para que se pusieran a ello tendrían que curarse de un mal común en la familia: la pereza intelectual. La izquierda es tan autocomplaciente, su autoestima alcanza tales cotas, que perteneciendo a ella uno se acostumbra a no esforzarse demasiado. Hacerse de izquierdas es como sacar plaza fija en el templo de La Verdad. Basta con “ser de” para sentirse bendecido e iluminado para siempre. Y no hay que salir nunca al exterior. La verdad no está jamás “allí fuera” sino siempre “aquí dentro”.

El silencio de mis amigos ante las tesis de Moa obedecía a ese mecanismo. No despertaban su interés porque no había ningún interés. En el lugar donde debía estar en ellos el interés había un agujero negro que, como los que se detectan en el cosmos, era resultado de una concentración tremenda de materia. La Verdad ocupa mucho, lo ocupa todo; estar convencido de poseerla crea un lleno total. Es ese lleno lo que les hace enorgullecerse de no haber cambiado “de cabeza” en treinta años, lo que les quita el apetito y les lleva a colgar el cartel de completo a la entrada de la mente. El lleno produce el gran vacío: el desinterés, la ausencia de curiosidad. Así que los campeones retóricos de la desmistificación no quieren desenmascarar sus propias falsificaciones. Resulta demasiado costoso en todos los sentidos. Es probable que de hacerlo se quedaran sin techumbre, y hasta sin cimientos.

Y mis amigos, algunos ya ex amigos, no están para esas aventuras; prefieren envejecer en la tribu, apechugar con sus tropelías y justificar sus fracasos. Se han resignado al fracaso, han hecho de él una ética y una estética que borra todos los errores, como un quitamanchas. Y prefieren vivir abrazados a la mentira, agarrados a ella como a un salvavidas, aunque los mantenga a flote en un mar muerto. Bueno, allá ellos, puede decirse. Pero a ese allá ellos debe añadírsele un “allá nosotros”, pues la mentira sobre la guerra civil que contribuyen a alimentar y a transmitir, echa su aliento destructivo sobre el presente. De ese pasado falso siguen bebiendo la política y el talante de la izquierda. El afán de deslegitimar a la derecha, como si sólo la izquierda tuviera títulos para gobernar, y el recurso a “la calle” como verdadera voz del pueblo frente al parlamento, introducen anormalidades en la democracia española, que ya se dieron con nefastas consecuencias durante la II República.

El desentierro de parte de los muertos, presentándolos como únicas víctimas, la tendencia a resucitar la división en bandos irreductibles, todo eso, en fin, que forma parte hoy de la estrategia de la izquierda es material potencialmente explosivo. Mientras la izquierda no acepte con todas las consecuencias la coexistencia y la alternancia, y el gobierno de la mayoría cuando no sea el suyo, tendremos una democracia con pocos demócratas, del mismo modo que tuvimos una república con pocos republicanos[10]. Y esto es aún más peligroso cuando se afronta el desafío del nacionalismo totalitario.

Bien, ahí está la opinión de una persona de izquierdas "de toda la vida". Por mi parte, no sigo comentando mas.
Como siempre, os dejo dos vídeos. Uno es sobre hechos del Frente Popular, asesinos profesionales y vocacionales, el otro es la entrevista que se le ha hecho recientemente a Cristina Losada y otro personaje de "izquierda de toda la vida". Os animo a verlos. Quizás, solamente quizás, haya aún alguna persona de "izquierdas de toda la vida" que desee despojarse SIN PEREZA de sus clichés y se decida de una vez a pensar, razonar y valorar por sí mismo y no dejar que el "Comiterm político" piense por él.



Entrevista a Cristina Losada