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QUE SOMOS LOS PEONES NEGROS

miércoles, 2 de enero de 2008

Carta abierta al Presidente de Francia

Sinceramente, estoy harta. Harta de demagogia. Harta de manipulaciones. Harta de medidas retro progres que sólo sirven para distraer la atención sobre asuntos serios, graves y de repercusión mundial. Hablo del entendimiento entre las naciones para hacer que los ciudadanos miren en casi una sola dirección y no miren de frente los problemas reales, los cuales son tan serios, que podría costar mas de un disgusto e incluso el cargo político a políticos actualmente muy asentados.
En este caso mi indignación- por mas que lo admire- va contra el Presidente de la República francesa, señor Sarkozy.

Os dejo una carta que hoy mismo le he enviado. Doy por sentado que no tendrá contestación. Pero al menos me he desahogado y si alguien en el Elíseo la lee, sepa de las opiniones de muchos ciudadanos que estamos hartos de sufrir el látigo gubernamental de todos los males medio ambientales y de salud que con nuestro hábito a fumar, dicen que provocamos.

Sólo omitiré mis datos personales dados en esa carta, por motivos obvios.

Señor Presidente:
Me llamo ---------vivo en Valencia-España-y por consiguiente, ciudadana europea.

Señor Presidente, soy liberal como usted. Le admiro en su trayectoria política y personal y al igual que miles de ciudadanos españoles, envidio a los franceses por tener como Presidente de su nación a una persona con la firmeza en la creencia de valores y libertad que usted representa.

He leído en la prensa de Internet que a partir del próximo martes, en todo el territorio francés, estará prohibido fumar en lugares turísticos y de ocio, como son restaurantes, bares, cafés, etc..
Señor Presidente, como liberal que tambien soy yo misma, huya de medidas intervencionistas y populistas, típicas de la izquierda mas rancia y radical, como es la política del Presidente español señor Zapatero, de cuya radicalidad y demagogia, todos sabemos.

Señor Presidente, ser liberal es actuar en favor de la libertad y decidir coherentemente, que es la única política que puede entender y defender el ciudadano normal, el de a pié.

Si ha decidido limpiar Francia de humos, comience por impedir que las fábricas funcionen mientras contaminen. Prohiba el tráfico rodado por todas las ciudades y carreteras francesas. Prohiba el tráfico aéreo por la contaminación que producen los motores de los aviones. Prohiba el tráfico marítimo de petroleros y cargeros por la contaminación ambiental que producen. Pero no cargue sobre los hombros de los fumadores, señor Presidente, la culpa de no tener una "Francia libre de humos",porque además de ser incierto, es una medida demagógica, electoralista e intervencionista en la vida privada de los ciudadanos.

Con esas propuestas absurdas que le relato arriba, deseo hacerle ver la incoherencia de una medida que va dirigida mas a contentar a la demagogia de unos pocos, que a la defensa real de la salud de los ciudadanos franceses.

Impulse ese aire limpio, pero mantenga la libertad personal de cada ciudadano.
Facilite que en todos los lugares turísticos y de ocio franceses, haya espacios habilitados para fumadores. Medios tecnológicos para mantener limpio el aire de lugares cerrados, los hay muy eficaces y usted lo sabe.

Facilite que los pequeños bares, cafeterias, restaurantes, decidan en la libertad del propietario, si son lugares para fumadores o para todo tipo de clientela. Y obligue a darle información al consumidor. Deje al ciudadano elegir libremente si entra o no en sitios donde puede fumarse. Con medidas asi, a nadie se engaña, todo el mundo sabe dónde está y qué puede encontrarse y se preserva la libertad individual de decisión.

Persiga a quienes realmente agreden la salud ciudadana, como aquellas industrias que facilitan alimentos para animales o productos químicos para el campo, que en su composición, contienen elementos cancerígenos. Pero no persiga al ciudadano fumador como responsable de la mala calidad del medio ambiente francés.

Visité su hermoso país el verano pasado.Visité todo el sur frances y de sus gentes, campiña, costumbres, quedé enamorada.
Impida señor Presidente, que tenga que pasar por Francia con la mayor rapidez posible, intentando alcanzar otros lugares turísticos donde la libertad individual, se contemple con mayor alcance de miras.

Señor Presidente, usted es liberal. Actúe como liberal y tome medidas como liberal y coherentes.
Para medidas radicales y demagógicas, ya tenemos bastante con el Presidente español, el cual y como usted bien sabe, no se distingue por la defensa de los valores de libertad individual.

Desde mi admiración por usted, desde la envidia a los franceses por tenerle como Presidente, mi respetuoso afecto.

Sinceramente, --------



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