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lunes, 3 de diciembre de 2007

HOY, VENEZUELA - III

Antes de perder su referéndum para perpetuarse impunemente en el poder, Hugo Chávez, arremetió otra vez contra España y sus intereses en Venezuela. Para él, una derrota del PSOE en las elecciones de marzo sería su propia derrota y tomaría represalias contra una España gobernada por el PP. No es para tomarse a risa sus bravuconadas.

Para empezar, porque no es la primera vez que, según él mismo, hace gala de su injerencia en la política interna española. Sus petrodólares habrían sido empleados en contribuir a la campaña electoral de la izquierda española e, incluso, a financiar una facción en el seno de los socialistas. Chávez es un hombre de medias verdades, pero no porque sea un mentiroso, sino porque cuenta sólo la mitad y cuando le conviene. Alguien en España debería ponerse a aclarar este turbio asunto de financiaciones provenientes de Caracas. O desmentirlo rotundamente.
En cualquier caso, el Gobierno debiera salir al paso y contestar la permanente injerencia del gobernante venezolano en los asuntos propiamente españoles y que sólo a la voluntad de los españoles compete, como son sus preferencias por un Gobierno u otro. Pero si ya dejó solo al Rey, ¿por qué no dejar abandonado ahora al pueblo español?

La única ventaja es que ahora Chávez puede aumentar cuanto quiera su retórica, pero ya es más débil. El referéndum es un arma que la carga el diablo y haber perdido el apoyo del pueblo al que Chávez dice representar y querer salvar no es un hecho baladí. No cuenta con el respaldo para su proyecto del nuevo ciudadano venezolano, ni para su socialismo del siglo XXI. Ha perdido

Hugo Chávez, el hombre que iba para arriba. Ha perdido su visión. Y aunque se aferre al poder, su discurso ya no tendrá la misma repercusión. Por eso ha llegado la hora de buscar la clarificación de dónde está cada uno. Rodríguez Zapatero estaba con Chávez, ¿dónde se ha quedado ahora? Ha llegado el momento de apostar por el reforzamiento de las instituciones democráticas, por la oposición democrática al chavismo, por la extensión y la profundización de la democracia en la región, no por la bunquerización de un dictador y de un régimen que tiene los días contados.

Chávez puede bromear sobre España, pero su situación en Venezuela no es de broma. Quien oponía su supuesta legitimidad por las urnas frente a la legitimidad dinástica de nuestro monarca, ya no tiene donde aferrarse. Esperemos que el príncipe Felipe se lo recuerde cuando le vea en los próximos días. Porque lo que vamos a ver a partir de ahora es el despotismo de quien se sabe derrotado popularmente y cuya única esperanza es imponerse por los medios que sean, incluida la violencia.

Y ahora os dejo un vídeo donde el Chavez candidato a la Presidencia, mintió al pueblo venezolano de la única forma que saben hacerlo los comunistas radicales: con AMORALIDAD, CON MANIPULACIÓN, CON EL DESPRECIO A LOS CIUDADANOS.


2 comentarios:

Álvaro Ancona dijo...

Habló Venezuela, y habló con inteligencia. El error más grande que puede un político cometer, es creer que el pueblo es estúpido.

Abrazos

Álvaro

Por la Libertad: España en marcha dijo...

Gracias por tu comentario, amigo mio. Y lo que dices es una realidad completa. Pero es un error muy típico de los políticos que, una vez llegados al poder, se crean en posesión de la verdad, ser infalibles y que sin ellos, el mundo se para.
Consecuencia: el pueblo es estúpido, no sabe qué le conviene, es sujeto de servidumbre a sus ambiciones personales y es tratado con la displicencia y desprecio propio hacia los vasallos, que no ciudadanos.
Pero los peores políticos de este perfil, son los totalitarios, los dictadores, los que consideran que los ciudadanos son nros.sujetos a sus caprichos y no personas con derechos y pensamiento libre.
Me alegro por Venezuela. Me preocupa Venezuela. Son 5 años los que aún le quedan de gobierno a este gorila rojo- porque dimitir, no dimitirá- y en ese tiempo que le resta de poder, puede convertir a Venezuela en un inmenso Gulag en el continente americano.
Un abrazo, Alvaro